Cocodrilos piscináuticos y cafeína

Mis padres han estado toda la semana a Berlín y hemos tenido que hacer un despliegue de infraestructura para cubrir las horas que pasa Cocoliso por las mañanas con ellos....así que hemos cogido vacaciones....turnándonos para ir a trabajar....

También hemos hecho coincidir algún día para estar los tres juntos....

La verdad es que han sido unos días muy divertidos, como los prolegómenos a las vacaciones de verano....

También me he terminado varios libros en estos días... al final la vida de crápula y tu reciente maternidad te otorgan el inconmensurable regalo de evadir tus pocas horas de sueño en la literatura... y claro, esperas mucho de ella..... porque es tu forma de abstraerte, de seguir sintiendo alteridad.....

..... Acabo de leer los Ojos amarillos de los cocodrilos...., el ejemplar que cayó en mis manos pertenece a la 17ª edición...(¡!¿¿??)... y el libro es encuadrable en lo que yo llamo literatura piscináutica:

Te lo lees en la playita o en la piscina, como soy de Madrid para mí lo deseable sería la playa, de libros como éste puedes levantar la vista cienes de veces para lo que sea y no hace falta que te quejes de leer muchas veces la misma línea...tu vista puede caer dos párrafos más abajo, que ahí no hay hilo que perder...... el desenlace de ese despropósito lo calaste en el capítulo II.

Evidentemente si te pilla en la piscina y ya siendo madre olvídate de leer nada de nada ni de hacer nada de nada.....ayer tuve la brillante idea de bajarme a Cocoliso un rato a la piscina de casa. Allí solo estábamos mi amiga con mi ahíjada, el socorrista y nosotros dos.

Así que yo, que soy un espíritu optimista y que me las prometo muy felices con Cocoliso sentado en el cesped tranquilo a mi lado resolviéndose un sudoku, le pregunté al muchacho si podía fumar allí, el chaval, un chico sanote, preocupado de su bronceado y rodeado de gadgets de última generación me dijo que no tenía ni idea.....

Cuando yo era adolescente en las piscinas de la sierra solía haber un socorrista tirando a tirillas pero cargando a la izquierda,......con unos walkman y música infame, al que por la tarde visitaban un grupúsculo de amigos con cigarritos que ahora con los años intuyo cargados con una miajita costo....

Nuestras vidas estaban en manos de sujetos de este pelo......

Después de la mini mañana piscináutica, por la tarde nos fuimos a tomar algo con varios amigos por las calles peatonales de Paracuellos, se respiraba ambiente de fiestas de pueblo y en la plaza hacían las pruebas de sonido para la orquesta que amenizaría el cotarro por la noche: Ssssi, Sii, Probando..., Sii, Sssssi...soplido, Uno, Uno, dossss, .....con una extraña voz hueca y profunda......El bebote miraba con deleite a la chavala oxigenada del micrófono y se contoneaba y alzaba los brazos como si tocaran Javi Metal...., él estaba entregado y ambos se miraban de horterilla a horterilla....... Creo que aquí comenzó el delirio de Cocoliso....

El bebote volvió a nuestra mesa y se hizo con una botella de cocacola, para ser más asactos era el sobrante de rellenar una pichuela del padre y se la calzó de ese modo que emplean los bebotes en el que el cuello de la botella se introduce íntegro en la boca....directo al gaznate....

Intenté enseñarle varias veces a colocar la botella en los labios,  pero se mosqueaba en cuanto trataba de quitársela, había caído rendido al sabor dulzón y prohibido de la cocacola.....yo me lamentaba:....a este niño no va a haber quien lo duerma... tuve que quitarle la botella que acabó rota en el suelo.... yo lancé un grito para que no se agachara a por los vidrios, le quité del sitio para que no se cortara y él miró la botella, me miró a mí que le regañaba y entonces lo hizo:

Hay un gesto que me fascina  ......cuando se lo veo hacer el corazón se me hace puré de patatas......

Un puchero.... con las comisuras de los labios totalmente arqueadas hacia abajo y la barbillita sobresaliendo un poco temblona....los ojos vidriosos sosteniendo el llanto, en una contención heroica del pundonor herido.....es ese gesto de pequeño hombrecito que trata de controlar el llanto por una regañina en la que te has puesto seria, o el llanto quizás provocado por el ruido estrepitoso de una lentilla al golpear el suelo.....¿?

En cualquier caso, yo veo ese gesto y me descubro traspasada por una ternura indescriptible.....

Me le comí a besos mientras se debatía en si lloraba o no hasta que finalmente se le pasó la tristeza por la cocacola derramada,.....alguien sacó una bolsa de gusanitos y nos metimos en el coche...........

De camino a casa la cafeína en sangre aún le tenía reservado a Cocoliso un nuevo descubrimiento: la liturgia cadente de la gravedad en forma de sémola de trigo....después me miró esperando mi reacción, con un puchero bajo la manga....por si me ponía muy tonta.....

Ahí va el documento gráfico......